En Tiempos de Aletheia

Burnout, el trabajador quemado

El síndrome de desgaste profesional, o burnout, es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como el resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral ( Síndrome de burnout o de desgaste profesional ). Ahora uno se autoexplota y se cree que se está realizando, puede parecer una paradoja en un principio, pero es esta la lógica perversa que el neoliberalismo ha tramado en las sociedades actuales. Esta es una de las diferentes ideas que defiende Byung-Chul Han, filósofo coreano contemporáneo, cuando analiza las sociedades del siglo XXI en su ensayo del 2016 titulado “La expulsión de lo distinto”.

Para justificar dicha idea, el autor nos da la siguiente explicación: si en la dialéctica del anterior capitalismo, al que hacía referencia Marx en los análisis de sus obras, el ser humano se alienaba en el sentido de que producía un objeto el cual le era ajeno y al que, sin embargo, consagraba su vida, pasando esta a dejar de pertenecerle para ser propiedad del objeto que produce. Pues con el neoliberalismo sucede que, como forma sucesora evolucionada y, por tanto, se muestra más sofisticada, se ha conseguido que el sujeto haya pasado a ser él mismo el objeto de su explotación y producción. Es decir, ya no me explota un tercero con la finalidad deshonesta de conseguir de mí un máximo rendimiento en el nivel de producción para su exclusivo beneficio económico, sino que yo mismo me exploto, yo soy a la vez sujeto y objeto de mi propia explotación. De este modo, y con el objetivo de obtener el máximo rendimiento en el trabajo que desempeño, me explotaré, abusaré mi cuerpo o mi mente hasta adolecer, enfermar y pasar a ser improductivo por desgaste del objeto explotado del que se ha extraído toda la rentabilidad posible. Esta alienación autodestructiva, en palabras de Han, ha supuesto la aparición de nuevos síndromes o trastornos mentales como el del trabajador quemado, burnout, al que nos referimos en el título, u otros no tan novedosos pero que igualmente son fruto de esta cosificación a la que estamos aludiendo y que afecta al propio cuerpo, como lo son los trastornos alimentarios conocidos de la bulimia, la anorexia o el atracón…,  además de otros que van apareciendo nuevos.

Este asunto de la transformación del sujeto en objeto de explotación es uno de los elementos que se destacaría en la caracterización de la época posmarxista en que vivimos. La sofisticación del sistema neoliberal a la que nos referimos en el párrafo anterior se halla en la argucia de que no hay contra quien rebelarse porque yo soy el que me autoexploto, el que me cosifico, y el entramado del sistema consigue esta autodestrucción de un modo subrepticio porque, además, en dicha tarea me siento libre. De ahí la complejidad de asignar autoría al abuso laboral mientras no se analiza con quietud esta cuestión porque parece, en primera instancia, que eres tú el único responsable de la explotación, en palabras de Han: “Me lanzo eufórico a trabajar hasta que, al final, me derrumbo. Me mato a realizarme. Me mato a optimizarme. Tras el espejismo de la libertad se esconde el dominio neoliberal. El dominio se consuma en el momento en que coincide con la libertad.” (pag. 64)

Han, Byung-Chul. La expulsión de lo distinto. 5ª ed., Barcelona, Herder editorial, 2019.

 

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