En Tiempos de Aletheia

Entrevista a Jesús Patón. Arqueología experimental e inmersiva

Educador infantil es su formación académica, sin embargo, decidió coger la vía del autodidactismo y dedicarse a lo que realmente le apasiona: el campo de la Arqueología experimental e inmersiva y la divulgación de la Historia. Colaborador con el poblado cántabro de Argüeso, con la fortaleza Duncarron (Escocia). También colabora con la Asociación “Sapere Aude” de la Universidad de Sevilla. Ha dado conferencias en el Museo de Arqueología de Almería, así como en en la universidad de la misma ciudad, también en la Casa de Cantabria de Madrid y en la Universidad de Alcalá de Henares entre otras. Otra de las actividades que realiza es la confección de joyas bajo los parámetros de fabricación de la Edad de Bronce hasta el siglo X.

Pueden ver sus trabajos y seguirle en Facebook (Jesús Patón) y en Instagram (Paton.Jesus).

Hoy nos centraremos en que nos descubra qué es eso de la Arqueología experimental e inmersiva.

Entre otras actividades, has dedicado mucho tiempo a la Arqueología experimental e inmersiva. ¿Qué significa esto exactamente?

El concepto de Arqueología experimental es muy simple: Un arqueólogo convencional lo que hace es buscar objetos de otras épocas históricas y luego los interpreta: para qué se utilizaron, cómo fueron producidos, etc.

La Arqueología experimental lo que hace es recrear esos procesos tecnológicos, replicando esas herramientas que se utilizaron y poner esa tecnología en práctica. Esto nos proporciona la capacidad de contrastar si lo que se desarrolla en teoría, luego, en nivel práctico, encaja con la teoría arqueológica correspondiente y en caso de que no sea así, se sigue repitiendo ese experimento hasta dar con la realidad. Es una herramienta de investigación muy valiosa porque te permite acercarte mucho más, llegar a saber la realidad de producción y de uso de ese objeto que permite un mayor acercamiento a la realidad de la época y conocer de forma rigurosa esos procesos. Otra diferencia es que nosotros no juzgamos ni aventuramos decir qué pensamiento, sentimiento o cometido cumplían los objetos en esa sociedad, es decir, reconstruimos un plato pero no juzgamos si era un plato ritual, decorativo o de uso común.

¿En vistas a qué interés se desarrollan estas actividades?

En nuestro caso pertenecemos a la EXARC que vela por el rigor científico de todos los experimentos científicos arqueológicos que se realizan a nivel mundial. Esto nos lleva no solo a cierto rigor de método, sino también a la obligación de su divulgación. Todo lo que vamos haciendo se comparte bien en forma de artículos bien con entrevistas, etc. También con actividades con colegios, institutos, etc. Es una buena forma de transmitir nuestra historia. De esta manera proveemos también otro tipo de educación acerca de nuestra historia, hemos llegado a realizar espectáculos de humor histórico en los que el público interactuaba.

La Arqueología experimental es una práctica ya extendida en Europa y en EEUU, pero no de la misma manera en España. ¿Cuántos proyectos hay actualmente en España?

Ahora mismo hay dos; el más veterano el poblado cántabro de Argüeso que lleva casi unos 30 años funcionando en Cantabria, el cual se centra en el período cántabro y sus tribus autóctonas antes de llegar los romanos, abarcando también el período de interrelación con los romanos, es decir, las guerras cántabras. Y luego está Ibercalafell, en Calafell, se centra más en el momento íbero.

Luego hay ya más parques arqueológicos que son ya más yacimientos que aplican métodos de experimentos de arqueología experimental vinculados también con la EXARC, pero no hacen recreación de poblados antiguos. Los que son recreaciones de poblados antiguos son solamente estos mencionados.

Uno de vuestros atrevimientos ha sido el de la siega de centeno con hoz, ¿qué enseñanza obtuvisteis de dicha experiencia?

Lo primero que es un trabajo muy duro y luego, después, el experimento constaba de diferentes partes; en primer lugar, saber cuánto puede cosechar una persona con elementos manuales, y también estuvimos probando distintos tipos de hoces, también actuales, teníamos también réplicas de hoces de sílex, etc. Aparte conocimos a un señor de setenta y pico años, Félix, que había estado toda su vida segando, y que cuando vio cómo lo hacíamos los pimpollitos de ciudad se le caía el alma al suelo por nuestra técnica y, solamente con los parámetros técnicos que nos dio este hombre, conseguimos triplicar la producción por persona. Este material (centeno) es utilizado para la confección de los tejados. A esta actividad se sumó gente del pueblo y de la zona. Vino gente primero por curiosidad y luego, por compañerismo, se unieron. También estuvimos probando la dieta de los segadores, una dieta muy grasa que comprobamos en heces quedaba metabolizada perfectamente con el trabajo físico.

¿Crees que hay que volver atrás en nuestros usos y costumbres para poder salvar el planeta? ¿O crees que es más útil un aventón de tecnologías ecológicas, tipo el coche eléctrico?

La ecología administrativa no es la solución de nada: Un coche eléctrico está muy bien a la hora de emisiones, pero su forma de producción sigue siendo muy contaminante, además está qué hacer con las baterías una vez obsoletas, una vez consumidas, qué hacer con esos residuos que generan. Me parece más una maniobra económica que otra cuestión. No soy partidario tampoco de volver al pasado, pero sí de aprender del pasado, creo que el mejor camino es el equilibrio entre la actividad manual y la tecnología que ya conocemos. A todos nos gusta ducharnos con agua caliente, está claro. No renegamos de la tecnología actual. Hay un documental muy bueno, El futuro está hecho a mano, hecho precisamente por unos arqueólogos que trabajan con la EXARC, en el que nos muestran cómo decayeron distintas civilizaciones y consideran que nuestra civilización está precisamente en ese momento de decadencia en el que nuestras dependencias de las tecnologías modernas nos están llevando a ser torpes en otros aspectos, y por lo que abogan es por ese equilibrio de esa recuperación y reintegración en el medio natural sin dejar de lado esas tecnologías y que las tecnologías que elijamos sean las beneficiosas para nuestra civilización en consonancia con un mantenimiento responsable de nuestro medio ambiente.

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