En Tiempos de Aletheia

Entrevista a Pilar Quintana. Ganadora del XXIV Premio Alfaguara de Novela

“La maternidad es una experiencia muy intensa. Es maravillosa, como dicen, pero también tiene grises y sombras, que es lo que no nos dicen.”

(Pilar Quintana)

 

Pilar Quintana (Colombia,1972)

En 2007 fue elegida como uno de los 39 escritores menores de 39 años más destacados de América Latina por el Hay Festival. En 2010 su novela Coleccionistas de polvos raros recibió el premio La Mar de Letras, otorgado por el festival La Mar de Músicas de Cartagena, España. En 2011 representó a Colombia en el International Writing Program de la Universidad de Iowa.

En 2018 su novela La perra recibió el IV Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana. En 2021 ganó el XXIV Premio Alfaguara de Novela con la obra titulada “Los abismos”, un libro en el que trata las relaciones familiares desde la perspectiva de una niña.

Su obra se caracteriza por estar relacionada con aspectos de la violencia colombiana, el erotismo y el realismo.

Ha publicado las novelas Cosquillas en la lengua (Planeta, 2003), Coleccionistas de polvos raros (Norma, 2007; El Aleph, El Cobre, 2010), Conspiración iguana (Norma, 2009); la colección de cuentos “Caperucita se come al lobo” (Cuneta, 2012) y La perra (Random House, 2017), además de cuentos en revistas y antologías de Latinoamérica, España, Italia, Alemania, Estados Unidos y Filipinas.

 

Entrevista

 

-¿Quién es Pilar Quintana? Me refiero a la persona, no a la escritora.

Voy a poner la misma biografía que tengo en mi perfil de Twitter porque me parece precisa: Mamá. Escritora. Corredora, cuando no estoy lesionada. No saco lo de “escritora” porque sería amputar el segundo ítem más importante.

-¿En qué momento de su vida decidió escribir o comenzó a escribir?

A los 7 años aprendí a escribir y entonces, cuando tuve las suficientes palabras, escribí mi primera ficción. No he parado desde entonces. Estudié Comunicación Social en la universidad porque quería ser escritora y siempre me he ganado la vida escribiendo, primero como guionista de televisión, luego como redactora de textos publicitarios y ahora como escritora de literatura.

-Recientemente ha ganado el premio Alfaguara de novela con la obra Los abismos, donde bucea sobre la mirada de la infancia y sobre la complejidad de la maternidad. ¿El relato que siempre contaron de la maternidad es una historia a medias? ¿Todo es más complejo?

Es una historia a medias. Nos contaron solo una parte de la historia, la alegre y luminosa. La maternidad es una experiencia muy intensa. Es maravillosa, como dicen, pero también tiene grises y sombras, que es lo que no nos dicen.

-Cuatro años y varios borradores antes de encontrar la obra final ¿Cómo nació la idea de la novela?

Hace años intenté hacer una historia sobre una familia que se estaba desintegrando, contada desde el punto de vista de una niña pequeña. Le di vueltas y logré construir las acciones narrativas, pero no pude encontrar el tono ni la voz narrativa. Entonces la dejé: la tiré a la basura. Escribí otras cosas, unos cuentos, dicté talleres, tuve un hijo y escribí La perra. Cuando terminé La perra empecé a escribir una historia con una protagonista adulta. Para entenderla, me iba a su niñez y, al final, terminé extirpando la parte de la adulta y solo quedó la niña. Cuando le mostré el borrador a mi marido, él dijo “¡escribiste la novela de la niña!” Era cierto, no era la novela que había imaginado hacía unos años, pero sí una novela sobre la desintegración de una familia vista a través de los ojos de una niña.

-Los niños tienen una inteligencia emocional para percibir lo que les rodea que olvidamos o dejamos de apreciar al crecer, ¿fue muy difícil darle voz infantil a la protagonista?

La protagonista de la historia es una niña. La que cuenta la historia, la narradora, ya no es esa niña. En la novela hay varias claves que nos permiten inferir que hay una distancia larga entre los hechos narrados y el momento en que la narradora nos los refiere. La narradora es, pues, una adulta de quien no sabemos nada, pues la historia se centra en lo que le pasó de niña. Es como si esa adulta se agachara para quedar a la altura de la niña que fue y contarnos la historia desde ese punto de vista. Sí fue difícil lograr esa narradora.

-Primero hija y ahora madre. ¿Qué le ha producido más temor? ¿O es simplemente el mismo temor, pero en diferentes épocas y con otro vestido?

Son experiencias muy distintas, pero es verdad que las dos son terroríficas. En La perra conjuré mis miedos más terribles de madre: que se me muera mi hijo, por ejemplo, o maltratarlo. En Los abismos –y te doy las gracias por hacerme caer en la cuenta–  conjuro mis miedos más terribles de hija: quedar huérfana y desamparada, que se me murieran mis padres.

-¿Vivimos siempre en una alerta emocional?

No creo. Me parece que hay momentos de alerta y momentos de tranquilidad. Por fortuna.

-En el oficio de escribir, ¿qué sigue valiendo la pena, independientemente de los premios?

La satisfacción de lograr lo que te propusiste: darles vida a unos personajes, unas situaciones y un universo ficticio, hacerle creer al lector que todo eso es verdad, con una herramienta como las palabras, unos simbolitos pintados en el papel. Es magia pura.

-El feminismo, ¿cómo ve el camino, lo andado hasta ahora y el posible futuro?

El feminismo ha conseguido que las mujeres podamos heredar, divorciarnos, estudiar y abortar, entre otras cosas. Nos ha dado autonomía y libertad, agencia sobre nosotras mismas y sobre nuestras vidas. Todavía falta lograr muchas cosas, por ejemplo, que ganemos salarios justos, que las labores domésticas y de cuidado no recaigan solo sobre nosotras y que el mundo, en especial nuestras casas, sea un lugar seguro para nosotras.

-¿Cómo ve la actualidad social?

Qué pregunta más amplia. Por ahora tengo una esperanza: que nos vacunemos y podamos retornar a una vida sin tapabocas ni distanciamiento social.

-¿Qué es lo más que detesta del ser humano y qué es lo que más aplaude?

No me gustan las mentiras (aunque a veces las diga) y aprecio la honestidad.

 

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