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Entrevista a la actriz Macarena Gómez

“Nuestra riqueza radica en ser individuos únicos e irrepetibles, con pensamientos diversos.”

Macarena Gómez

 

 

 

Macarena Gómez Traseira (Córdoba, 1978). Es hija de padres leoneses, médicos de profesión. Es sobrina-nieta del escritor Antonio Pereira. Estudió bachillerato en Estados Unidos y luego viajó a Londres, donde estudió Arte Dramático durante tres años. Se hizo popular por interpretar a una drogadicta en la miniserie Padre Coraje.

Compagina su carrera de actriz entre el cine, el teatro y las series. Se ha hecho famosa por su papel de Lola Trujillo en la serie La que se avecina. Su último trabajo cinematográfico, Amor en polvo, nos adentra en las relaciones de pareja.

 

 

 

Soy una chica (lo correcto sería decir “señora”, pero no puedo evitar autodenominarme “chica”, sigo teniendo espíritu de niña) que ha cumplido su sueño de la infancia: ser actriz. Por ello, y por poder vivir de mi profesión, me siento enormemente afortunada

 

La admiración. Admirar a tu pareja. Tanto en el plano personal como en el profesional, es primordial para que una relación funcione y perdure en el tiempo.

 

Dejar de valorar a la otra persona. En el momento en que dejas de reconocer las cualidades de tu pareja, la relación empieza a desmoronarse.

 

A los 14 años tomé la decisión de prepararme a conciencia para ello. Estudié con ese objetivo. Aunque creo que mi deseo de ser actriz existía desde que era una niña. Pasé toda mi infancia y adolescencia subida a un escenario bailando ballet clásico.

 

Cada uno la cuenta a su manera porque cada uno tiene sus propias impresiones de la realidad. En el futuro cada uno contará esta pandemia desde su propia experiencia. Así ha sido siempre a lo largo de la Historia, siempre narrada desde distintos puntos de vista.

 

El egoísmo. Como decía Thomas Hobbes, “el ser humano es egoísta por naturaleza”.

 

No he perdido nada. A nivel personal siempre he perseguido un objetivo en mi vida: la felicidad. Y siendo actriz, lo he conseguido.

 

En tiempos de guerra, y estamos en una, la cultura pasa a un segundo plano: hay que dar prioridad a la sanidad, a la vivienda… La cultura, el turismo, el transporte, el ocio (y lo digo con conocimiento de causa, pues tengo una empresa de ocio de vuelo indor) han sido sectores brutalmente azotados por la Covid-19. Puedo aceptar y entender que seamos sectores perjudicados, lo que no entiendo es que sea aceptable viajar en un avión al 100% de su capacidad, pero que una sala de conciertos o una de cine solo pueda ocuparse al 50%. Son medidas que escapan a mi entendimiento. Lo único positivo y cierto es que, estos meses, aquellos que nos dedicamos al Arte nos hemos vuelto más creativos, hemos sentido la necesidad de expresarnos y plasmar todos aquellos pensamientos e ideas que inundan nuestras mentes.

 

No, precisamente nuestra riqueza reside en ser individuos únicos e irrepetibles, con pensamientos diversos. Como dice el refranero español: “Lo bonito es que cada uno sea de su padre y de su madre”.

 

“Querer es poder”, esta máxima la aplico desde que tengo uso de razón.

 

 

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